Economía en tiempos de pandemia

INMACULADA BENITO VILLAZÁN, profesora de Economía y MANUEL DE CASTRO DE DIEGO, alumno de 1.º de Bachillerato HCS

Dicen que los momentos de crisis son también momentos de oportunidades. La crisis del Covid-19 no es una excepción. Como docente de Economía, he querido aprovechar esta nueva coyuntura para invitar a mis alumnos a reflexionar sobre el modelo de producción y consumo imperante en nuestra sociedad, y sobre sus consecuencias en el medio ambiente.

A finales del siglo XVIII los economistas clásicos clasificaron en tres los elementos susceptibles de ser incorporados a un proceso productivo: tierra o recursos naturales; capital o equipos productivos; y trabajo, en relación a las capacidades tanto físicas como intelectuales de los trabajadores. Desde entonces, mucho se ha escrito y hablado sobre la importancia de cuidar ese primer factor productivo, el factor tierra. La actual crisis del Covid-19 nos da una razón más para cuidar el medio natural. Este vídeo nos explica esta razón y nos invita a replantearnos nuestro actual modelo económico.

A continuación, podéis disfrutar del comentario que Manuel de Castro, alumno de 1.º de bachillerato, ha hecho en relación a dicho vídeo que propuse como actividad de reflexión.

Por una economía ecológica, por Manuel de Castro de Diego

La teoría marxista critica la contradicción capital-trabajo como pieza clave del capitalismo: aunque la producción sea de origen social, puesto que todos participamos en ella, la apropiación es individual, de unos pocos. Sin embargo, en estos últimos años ha nacido una nueva contradicción en el contexto económico-productivo, más importante que aquella: la contradicción capital-medio.

El objetivo capitalista de crecimiento económico continuo y el beneficio individual como motor de la economía ocasionan deterioro medio-ambiental. Este deterioro se manifiesta, por ejemplo, en el cambio climático o en la crisis de residuos. Partiendo de esta premisa, el capitalismo estaría destruyendo la misma base de la economía, el factor productivo tierra, la naturaleza. Al igual que se dijo durante la crisis de 1929, el capitalismo estaría siendo derrotado por sus propios fallos.

La deslocalización de empresas, estrategia muy lucrativa para las grandes compañías, hace que las empresas exploten recursos e instalen factorías muy contaminantes en los países con menos restricciones estatales, precisamente esos mismos que poseen mayor riqueza ecológica y biodiversidad. No hablemos aquí de los nefastos efectos ambientales y ecológicos en bruto. Hablemos en concreto de la pérdida de biodiversidad que esto ocasiona.

Una gran biodiversidad es un escudo eficaz para impedir que las enfermedades se transmitan entre animales, incluyendo el ser humano. Aunque nos hayamos esforzado en negarlo, somos tan animales como el pangolín o el murciélago, desde el que se produjo la zoonosis al primer humano. Si la biodiversidad es alta, es menos probable que se produzca la zoonosis a los humanos, porque el patógeno tendría que enfrentarse a siete sistemas inmunes de distintas especies, hasta llegar al homo sapiens, en vez de solo a tres, por ejemplo. 

Según mi opinión, el problema que aquí aflora es que no debe primar el privado, sino el colectivo, el común. Y por ello los estados deben impedir esta explotación de la naturaleza que causa estragos sociales, como el del Covid-19, en favor del bien común. Regular las empresas para que funcionen bajo criterios de igualdad y de ecología y no solo maquillen su imagen con una buena estrategia de marketing verde.

Por ello se necesita un estado que intervenga, que solucione estas fallas de mercado, que controle el ansia del sector privado por conseguir el mayor beneficio a cualquier coste para lograr una economía racional, ecológica y justa. Algunos dirán que esta propuesta reduce la libertad, ya que se merma el rango de acción de los intereses privados. ¿Acaso era buena la libertad del esclavista para esclavizar? Me parece que una economía orientada al bien común es democracia.

Decir con firmeza que si el capitalismo no fuera salvaje, que si el beneficio individual no primase sobre el común, esta crisis no hubiera ocurrido, sería aventurarse en terreno desconocido. Pero tal vez se podría haber evitado y seguramente que los efectos de la pandemia hubieran sido menos drásticos.

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