El pez y yo
ALUMNOS DE MAE DE 1.º ESO B/C
En clase de Medidas de Atención Educativa (MAE) de 1.º de ESO B/C hemos visto el multipremiado cortometraje del iraní Babak Habibifar, The Fish and I (El pez y yo). Tras el visionado los alumnos han puesto palabras al pensamiento del protagonista, siguiendo la técnica del monólogo interior. Este es el resultado. José Fernando Pablos Navazo, profesor.
Patricia Martín Alonso
Voy a hacerme un café. También tengo que regar las plantas. Trataré de hacerlo sin derramar agua. Llaman al teléfono, voy a cogerlo. ¿Qué ha sonado? ¿La pecera? No puedo moverme, estoy paralizado. Corre, tienes que buscarlo. No puedo ver, estoy muy alterado, tendré que intentar tocarlo, sentirlo, lo que sea, pero rápido. No lo encuentro, solo siento agua y cristales. ¿Qué es esto? El desagüe. Me quitaré la camiseta. La voy a poner ahí para echar agua, ahora, agua, al suelo, rápido. Uno, dos, tres, cuatro, cinco… Ya bastará. Ahora voy a buscar a mi pez. ¿Dónde está? Estoy muy preocupado… ¿Dónde está mi pez? No puedo más, estoy cansado de buscar, me rindo, no puedo hacer más… Me tiembla la mano… Qué mal me siento. Espera, ¿eso qué es? ¿Mi pez? ¿Está vivo? Ha venido a refugiarse…
Daniela Moñita Martín
Me voy a hacer un café. ¡Oh no, cómo quema! Pongo un trapo encima y lo echo en un vaso. Después de tomármelo, regaré las plantas. Las estoy regando y de repente… ¡suena el teléfono! Iré a por él. Suena un ruido de cristal. ¡Oh, es la pecera! Se ha roto, estoy en shock. El pez se me muere. Pongo la camisa en el desagüe, la tapono y… cojo una jarra, la lleno de agua, la tiro al suelo y una, otra, otra más. No veo, noto el agua por los tobillos, ya dejo de echar. Busco al pez, no lo encuentro, solo noto los cristales. Desesperado, me siento en el suelo preocupado y… ¡noto cosquillas en la mano! ¡Es el pez!
Llara Morilla Miguel
Voy a servirme el café que ya tengo preparado. Lo tomaré junto a mi pez. Tengo que regar las plantas aunque con cuidado. Me están llamando. Voy a cogerlo. ¿Qué ha pasado? ¡Algo se ha caído! Voy a agacharme y a tocarlo. Hay agua y cristales. ¡Mi pez! ¿Qué es eso? Un desagüe. Me voy a quitar la camiseta y a taponarlo. Empezaré a echar cubos de agua. Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis… Creo que ya está, buscaré. ¡No lo encuentro! Me rindo… ¡Eh!, ¿qué es esto? Siento una sensación en la mano. ¡Mi pez!
Jorge Ramos Redero
El té esta hecho, me lo sirvo y me lo bebo. Cojo una jarra y la relleno de agua. Voy a regar la planta, la toco para echarle agua y la voy echando en mi mano para saber dónde cae, porque no puedo verla. Me doy la vuelta cuando suena el teléfono y tiro la pecera sin querer. Me asusto, me tiro al suelo para buscar el pez, no lo encuentro, no lo veo, busco entre todos los cristales, pero nada. Toco un desagüe y lo tapo con la chaqueta. Voy corriendo a la cocina y relleno una jarra de agua, la tiro al suelo, otra jarra y así hasta que el agua me llega a los tobillos. Cada vez estoy más preocupado, porque el pez puede haber muerto. Cierro el grifo y nervioso me pongo a buscar el pez por toda la cocina. No lo encuentro y desesperado me siento en el suelo después de buscarlo tanto tiempo. Algo debajo de mi mano se agita. ¡Es el pez! Después de arrastrarme tanto tiempo buscando el pez, él acaba viniendo hasta mí.
Alejandro Tejedor González
Hoy voy a prepararme un café. Lo único que tengo que saber es dónde está la tetera. Ya la tengo. Voy a buscar el vaso. Ya lo tengo. Tengo que regar la planta. Suena el teléfono, ¡qué susto! ¡No! La pecera, ¿dónde está el pez? Me agacho a buscarlo, encuentro el desagüe, retiro el tapón y lo tapo con la chaqueta, para que no se escape el agua. Lleno la jarra muchas veces y la vierto en el suelo. ¡Qué pena no poder ver! Estoy muy angustiado e incómodo, porque no sé dónde está el pez. Me pongo triste, porque no lo encuentro. Se habrá caído por el desagüe. Algo me hace cosquillas: ¡es el pez! ¡Qué alegría! ¡Está vivo!
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