El Panteón Romano
El Panteón de Agripa o Panteón de Roma es un templo de planta circular erigido en Roma por Adriano, entre los años 118 y 125 d.C. completamente construido sobre las ruinas del templo erigido en el 27 a. C. por Agripa, destruido por un incendio en el año 80, dedicado a todos los dioses (la palabra panteón, de origen griego significa «templo de todos los dioses»)
Marcus Agrippa, Lucii filius, consulatum tertium, fecit
“Marco Agripa, hijo de Lucio, cónsul por tercera vez, (lo) hizo”
Esta es la inscripción que puede leerse en el friso del pórtico de entrada. Atribuye la construcción del edificio a Marco Vipsanio Agripa, amigo, general y yerno del emperador Augusto. El tercer consulado de Agripa nos indica el año 27 a.C.
El templo original guardaba pocas semejanzas con el actual. Lo que hoy es un pórtico de entrada fue originalmente la fachada de un templo períptero.
El primer templo era rectangular, con la cella dispuesta transversalmente. Estaba construido con bloques de travertino y revestido en mármol. También se sabe que los capiteles eran de bronce y que la decoración incluía cariátides y estatuas frontales. En el interior del pronaos había sendas estatuas de Augusto y Agripa.
En tiempos de Adriano el edificio fue enteramente construido. Su nombre no aparece en las inscripciones debido al rechazo de este emperador a que su nombre figurase en las obras llevadas a cabo bajo su mandato.
El edificio quedó compuesto por una columnata a modo de pronaos, una amplia cella redonda y una estructura prismática intermedia. La gran pronaos y la estructura de unión con la cella ocuparon por completo el espacio del templo anterior, mientras que la rotonda fue construida sobre el espacio de la plaza augústea que separaba el Panteón de la Basílica de Neptuno. Delante del templo se edificó una plaza porticada en tres de sus lados y pavimentada con lajas de travertino.
La construcción de una amplia sala redonda con un pórtico rectangular, conformado como un templo clásico, es una innovación en la arquitectura romana. El modelo de espacio circular cubierto por una bóveda se había utilizado por la misma época en las grandes salas termales, pero era una novedad usarlo en un templo. El efecto de sorpresa al cruzar el umbral de la puerta debía de ser notable.
La construcción de una cúpula semiesférica sobre un tambor circular era típico de la arquitectura de la época. El espacio interno del Panteón esta constituido por un cilindro cubierto por una semiesfera. El cilindro tiene una altura igual al radio, y la altura total es igual al diámetro, por lo que se puede inscribir una esfera completa en el espacio interior. El diámetro de la cúpula es de 43,44 m (150 pies), lo que la convierte en la mayor cúpula de hormigón en masa de la historia. La cúpula de la Basílica de San Pedro fue construida un poco más pequeña.
La cúpula está formada en el interior con cinco filas de casetones, que decrecen en tamaño hacia el centro, donde está perforada por un óculo de 9 m de diámetro. Dicha ventana circular permanece abierta, y por ella entra la luz. El óculo estaba rodeado por una cornisa de bronce fijada a la cúpula en la última fila de casetones. Tanto los casetones como el espacio intermedio estaban forrados de bronce.
Al exterior, la cúpula se encuentra articulada por medio de siete anillos superpuestos, el inferior de los cuales conserva todavía el revestimiento de mármol. El resto se encontraba cubierto por planchas de bronce dorado, hoy perdido a excepción del perímetro del óculo, todavía en el lugar. Las planchas de bronce fueron arrancadas en el año 663 por orden de Constante II, emperador de Bizancio, y se colocó una cubierta nueva de plomo en 735. Otro elemento que refuerza la idea de perfección es que la altura de la última cornisa segunda, donde arranca la bóveda, es justo la mitad de la altura desde el punto más alto de la bóveda al suelo, y curiosamente esta coincide con el diámetro (pudiendo inscribir en el interior de la construcción una esfera completa perfecta).
OPINIÓN PERSONAL: La cúpula sorprende al entrar, tanto por su magnitud como por la luz que da su óculo al templo. El templo es grande y es bastante bonito ver el templo desde la plaza. Además, las luces que se proyectan desde la cúpula a través de su óculo dependiendo del momento del día son espectaculares. Sorprende la capacidad de este, ya que entra muchísima gente en él por unas pequeñas puertas y, sin embargo, hay mucho espacio libre dentro del templo.
Miguel Santos Valdemoro
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